martes, 9 de octubre de 2012

Cuando no se puede ver la realidad

Tengo yo un conocido al que quiero mucho, pues nos relaciona la Fe en Jesucristo, que ya tiene más de ochenta años. Siempre ha gozado de excelente salud, hasta que empezaron los achaques. Pero, la verdad es que no se podía quejar, ya que le llegaron ya bastante mayor, cuando somos algunos que llevamos tiempo "renqueando" con nuestra salud y mucho antes en la edad que él.
Cuando su vida se vio sacudida de improviso por la primera cosa "seria" en cuanto a la salud, se quedó atónito y no entendía que habiendo estado tan bien, le hubiera pasado algo de ese estilo. Los demás lo vimos algo muy natural, pues ya nos parecía raro que siempre hubiera estado como una "lechuga", en comparación a los otros de su edad, que ya caminaban de mal en peor.
Sus peticiones a Dios vienen siendo "monotemáticas" desde que la salud se fue transformando en enfermedad trás enfermedad. Le pide, con insistencia, con una "fe" ciega, con la esperanza de ser escuchado y atendido, que se vea libre de esa mala salud, para poder vivir mejor.
Y de ahí, no hay manera de sacarlo. No sé si no quiere o no puede ver la realidad, quizá sea esto segundo. Pero aún sigue pensando que, si Dios quiere, podrá recuperarse y sentirse como antes, fuerte, dispuesto a hacer cualquier favor por los demás (llevarles en coche a los sitios, ayudarles en alguna "cosilla" de sus casas, salir y hacer una compra para toda la semana, ...)
A mi, cada vez que lo veo, se me destroza el corazón, pues si le ha salido "alguna tecla más", propia de su edad, te lo dice como si fuera el final. Él se pregunta y se responde, ya que el oyente ya no sabe qué decirle, pues no escucha. "¡A ver si Dios me quita "ésto" y me voy encontrando cada vez mejor!"
Espero que Dios me ayude, en caso que llegara a una edad como la suya, a no perder de vista que tanto la "carrocería" como el "motor" no tienen una duración "eterna" (y, gracias a

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