Si, querido cuñado, estoy contigo. Espero no haber escrito de modo que parezca que soy de los "intransigentes", "Extremistas", "cerriles", o como quieras calificarlos.
Si, se podía haber cambiado la fecha de la reunión, además, Juan Julián había regresado de Israel a las tres y media de la madrugada de ese mismo día. Quizá no tenían otra fecha.
De todos modos, de vez en cuando alguno salía del salón y se informaba. Al final, ganó España y, los que quisieron tuvieron la oportunidad de ver el partido en diferido. ¡Todos contentos!
Agradecida del comentario crítico. ¡Sigue así! Siempre me han de recordar que no soy perfecta y que me equivoco hasta en las cosas más triviales. ¡Fíjate lo que será cuando me equivoco en las cosas importantes!
Es un blog nuevo, por tanto viene con frescura, lleno de sinceridad, con comentarios llenos de vida, sin intención de convencer a nadie, pero sí de hacer pensar.
miércoles, 30 de junio de 2010
martes, 29 de junio de 2010
Mis prioridades
No soy mejor que los que hoy están "enrabiados" porque han puesto una reunión de catequistas esta tarde, a la hora del partido de España. ¡Dios me libre de juzgarlos!
No son pocas las veces en que he puesto delante de Dios muchas cosas, que no lo merecían en absoluto. Apariencias de bien, de disfrute, de beneficio, ..., que luego me han pagado con desesperanza, astío, cansancio, ...
No puedo decir más que las palabras de santa Teresa de Jesús, tantas veces reptidas por el hermano Refael Arnáiz, ya santo declarado, de "Sólo Dios basta" son verdaderas. Y cuantas veces me he dejado ayudar por el Espíritu Santo para hacerlas mías, el beneficio ha sido grandísimo.
¡Sólo Dios basta, sólo Dios!
Deseo con todas mis fuerzas vivir poniendo mi confianza en Dios, descansar cuando las cosas vienen en contra, acompañar a los que sufren tanto como a los que se encuentran en medio del gozo,alegrándome con ellos, ...
Hoy soy breve, porque diciendo "Sólo Dios basta", no hay más palabras.
No son pocas las veces en que he puesto delante de Dios muchas cosas, que no lo merecían en absoluto. Apariencias de bien, de disfrute, de beneficio, ..., que luego me han pagado con desesperanza, astío, cansancio, ...
No puedo decir más que las palabras de santa Teresa de Jesús, tantas veces reptidas por el hermano Refael Arnáiz, ya santo declarado, de "Sólo Dios basta" son verdaderas. Y cuantas veces me he dejado ayudar por el Espíritu Santo para hacerlas mías, el beneficio ha sido grandísimo.
¡Sólo Dios basta, sólo Dios!
Deseo con todas mis fuerzas vivir poniendo mi confianza en Dios, descansar cuando las cosas vienen en contra, acompañar a los que sufren tanto como a los que se encuentran en medio del gozo,alegrándome con ellos, ...
Hoy soy breve, porque diciendo "Sólo Dios basta", no hay más palabras.
lunes, 28 de junio de 2010
¿Situación de pánico?
Aunque ya sabía que tenía que llegar, recibir hoy el cese de mi puesto de trabajo en el colegio en el que he estado haciendo una sustitución, ha sido un tanto inquietante.
¿Se podría decir que he vivido una situación de pánico? No, la verdad. Sólo ha sido el rápido pasar por la mente de la pregunta: ¿volveré a tener la oportunidad de trabajar de nuevo?
Me tomo muy en serio mi trabajo, soy maestra de Religión. Y aunque dedicarse a esa especialidad no se lleva en absoluto, es lo que me "realiza", si se quiere decir así.
Para mí no hay nada mejor que trabajar de lo que vivo. Fe, lo que se dice fe, no tengo, y no creo que se pueda decir que la tuve hasta ver el modo en que muero. Ay sí que es fácil descubrir a las personas de fe, que vivieron como creyeron.
Pero, con todo y con eso, no hay ningún trabajo que me guste más que el que ejerzo, cada vez que hay alguien a quien sustituir.
Cuando alguien se queda sin trabajo comprendo que es un duro golpe. Yo no puedo caer en ese desaliento, porque precisamente mi especialidad me hace hablar a los niños de cómo Dios provee siempre lo necesario.
Y, a parte, sería mostrar poco o nulo amor a Dios, porque mi marido tiene trabajo "fijo", también en la enseñanza. Dios siempre nos ha cuidado y nos seguirá cuidando como hasta ahora.
Es cierto que un segundo sueldo da un gran desahogo, no lo puedo negar. Pero, entre la providencia de Dios (que es lo verdaderamente importante) y el sueldo de mi marido, jamás hemos pasado necesidad.
En casa, después de dar la noticia, esperada, como he dicho, alguno de mis hijos ha dicho: "¿y, ahora, qué? La respuesta ha sido sencilla: Viviremos como siempre, porque Dios siempre nos ha ayudado. ¡No ha hecho falta explicar más!
Creo que, cuando los padres luchan cada día por sacar a los hijos que Dios les ha prestado, con la paz que da el saberse hijos de Dios, los hijos también pueden vivir esa misma paz.
No puedo más que dar gracias a Dios por estos casi seis meses de trabajo, en los que me ha ayudado a ejercer mi trabajo, consciente de la misión que tiene todo cristiano: hablar al mundo entero de Jesucristo, del Amor que nos da y que debemos compartir con todo aquel que se "pone por delante".
¿Pánico? ¡No! Esperanza en Dios, que jamás defrauda.
¿Se podría decir que he vivido una situación de pánico? No, la verdad. Sólo ha sido el rápido pasar por la mente de la pregunta: ¿volveré a tener la oportunidad de trabajar de nuevo?
Me tomo muy en serio mi trabajo, soy maestra de Religión. Y aunque dedicarse a esa especialidad no se lleva en absoluto, es lo que me "realiza", si se quiere decir así.
Para mí no hay nada mejor que trabajar de lo que vivo. Fe, lo que se dice fe, no tengo, y no creo que se pueda decir que la tuve hasta ver el modo en que muero. Ay sí que es fácil descubrir a las personas de fe, que vivieron como creyeron.
Pero, con todo y con eso, no hay ningún trabajo que me guste más que el que ejerzo, cada vez que hay alguien a quien sustituir.
Cuando alguien se queda sin trabajo comprendo que es un duro golpe. Yo no puedo caer en ese desaliento, porque precisamente mi especialidad me hace hablar a los niños de cómo Dios provee siempre lo necesario.
Y, a parte, sería mostrar poco o nulo amor a Dios, porque mi marido tiene trabajo "fijo", también en la enseñanza. Dios siempre nos ha cuidado y nos seguirá cuidando como hasta ahora.
Es cierto que un segundo sueldo da un gran desahogo, no lo puedo negar. Pero, entre la providencia de Dios (que es lo verdaderamente importante) y el sueldo de mi marido, jamás hemos pasado necesidad.
En casa, después de dar la noticia, esperada, como he dicho, alguno de mis hijos ha dicho: "¿y, ahora, qué? La respuesta ha sido sencilla: Viviremos como siempre, porque Dios siempre nos ha ayudado. ¡No ha hecho falta explicar más!
Creo que, cuando los padres luchan cada día por sacar a los hijos que Dios les ha prestado, con la paz que da el saberse hijos de Dios, los hijos también pueden vivir esa misma paz.
No puedo más que dar gracias a Dios por estos casi seis meses de trabajo, en los que me ha ayudado a ejercer mi trabajo, consciente de la misión que tiene todo cristiano: hablar al mundo entero de Jesucristo, del Amor que nos da y que debemos compartir con todo aquel que se "pone por delante".
¿Pánico? ¡No! Esperanza en Dios, que jamás defrauda.
viernes, 25 de junio de 2010
Trabajar según Dios
Hoy he estado pensando en lo que tantas personas tienen, lo que otras desean, algunas aborrecen, ..., el trabajo.
Por la Biblia se piensa que el tener que trabajar fue el castigo que recibieron nuestros primeros padres por desobedecer a Dios.
¿Es que antes no tenían que trabajar?
Yo pienso que trabajo sería para ellos recoger los frutos de los árboles, para alimentarse ¿no?
Pero, a partir del pecado, debió de serles muy costoso hasta las cosas más normales. Admito que puedo estar equivocada.
Hay trabajos que cansan físicamente, trabajos que lo hacen intelectualmente; trabajos bien remunerados, trabajos mal pagados;trabajos tenidos por muy respetables, trabajos despreciados; ....
Para mí, todo trabajo es importante y respetble en tanto en cuanto se hace lo mejor que se puede, pensando en los demás, poniendo siempre como medida adecuada para ejecutarlo el amor.
Con cincuentaidos años, la mayor parte de ellos he trabajado en mi hogar, siendo esposa, madre y ama de casa. Para muchos, o debiera decir "muchas" eso no es trabajar sino perder el tiempo tontamente. Dedicarse a ello es no realizarse como mujer.
Y yo, me he sentido siempre muy mujer.
Y, ahora, desde hace tres años, que estoy trabajando como maestra de Religión, porque mis hijos no dependen de mí tanto, me doy cuenta que no estoy más realizada que antes. Para mí la "realización" es para toda persona, no sólo para las mujeres, y está muy relacionada con la capacidad de donación, de hacer las cosas pensando en que los demás puedan beneficiarse.
Tan importante me parece el arquitecto como el barrendero, el médico como el albañil, el cartero como el sacerdote,..., porque todos son personas, iguales unas a otras, con la posibilidad de hacer sus trabajos en bien de los demás.
Y para poder realizar un trabajo lleno de ese espíritu de donación, me parece imprescindible vivir un encuentro personal y constante con Jesucristo.
Cuando no vivimos la vida, lo que somos como lo que hacemos, pendientes de Él, teniendo siempre presente lo que haría si estuviese en nuestro lugar, me parece que es casi imposible practicar la donación. Es cierto que siempre nos encontramos con personas muy buenas, pero creo que, aunque ellas no sean conscientes, es Dios quien las ha "tocado" de un modo especial, por el bien de quienes les rodeen a lo largo de su caminar por esta vida.
Yo pido a Dios que me ayude a no olvidar nunca todo esto, pues acabaría siendo una amargada, que viviría siempre haciendo sólo aquello que le remuneraran satisfactoriamente, que buscaría salir siempre beneficiada, sin pensar en el perjuicio que podía causar a los demás, que no haría nada que le reportase sufrimiento añadido, ...
Me gustaría gastarme y desgastarme por amor en cada instante de mi vida, como hizo Jesucristo, mientras compartió con los hombres el mismo caminar que debemos recorrer hasta el día en que lleguemos a nuestra verdadera patria, el Cielo.
Unida a todos en Cristo, me despido
Por la Biblia se piensa que el tener que trabajar fue el castigo que recibieron nuestros primeros padres por desobedecer a Dios.
¿Es que antes no tenían que trabajar?
Yo pienso que trabajo sería para ellos recoger los frutos de los árboles, para alimentarse ¿no?
Pero, a partir del pecado, debió de serles muy costoso hasta las cosas más normales. Admito que puedo estar equivocada.
Hay trabajos que cansan físicamente, trabajos que lo hacen intelectualmente; trabajos bien remunerados, trabajos mal pagados;trabajos tenidos por muy respetables, trabajos despreciados; ....
Para mí, todo trabajo es importante y respetble en tanto en cuanto se hace lo mejor que se puede, pensando en los demás, poniendo siempre como medida adecuada para ejecutarlo el amor.
Con cincuentaidos años, la mayor parte de ellos he trabajado en mi hogar, siendo esposa, madre y ama de casa. Para muchos, o debiera decir "muchas" eso no es trabajar sino perder el tiempo tontamente. Dedicarse a ello es no realizarse como mujer.
Y yo, me he sentido siempre muy mujer.
Y, ahora, desde hace tres años, que estoy trabajando como maestra de Religión, porque mis hijos no dependen de mí tanto, me doy cuenta que no estoy más realizada que antes. Para mí la "realización" es para toda persona, no sólo para las mujeres, y está muy relacionada con la capacidad de donación, de hacer las cosas pensando en que los demás puedan beneficiarse.
Tan importante me parece el arquitecto como el barrendero, el médico como el albañil, el cartero como el sacerdote,..., porque todos son personas, iguales unas a otras, con la posibilidad de hacer sus trabajos en bien de los demás.
Y para poder realizar un trabajo lleno de ese espíritu de donación, me parece imprescindible vivir un encuentro personal y constante con Jesucristo.
Cuando no vivimos la vida, lo que somos como lo que hacemos, pendientes de Él, teniendo siempre presente lo que haría si estuviese en nuestro lugar, me parece que es casi imposible practicar la donación. Es cierto que siempre nos encontramos con personas muy buenas, pero creo que, aunque ellas no sean conscientes, es Dios quien las ha "tocado" de un modo especial, por el bien de quienes les rodeen a lo largo de su caminar por esta vida.
Yo pido a Dios que me ayude a no olvidar nunca todo esto, pues acabaría siendo una amargada, que viviría siempre haciendo sólo aquello que le remuneraran satisfactoriamente, que buscaría salir siempre beneficiada, sin pensar en el perjuicio que podía causar a los demás, que no haría nada que le reportase sufrimiento añadido, ...
Me gustaría gastarme y desgastarme por amor en cada instante de mi vida, como hizo Jesucristo, mientras compartió con los hombres el mismo caminar que debemos recorrer hasta el día en que lleguemos a nuestra verdadera patria, el Cielo.
Unida a todos en Cristo, me despido
jueves, 24 de junio de 2010
Conocernos
Hoy he conocido a la maestra de Religión a la que he sustituido unos cinco meses, aproximadamente. Bueno, nos hemos conocido "físicamente", pues por teléfono ya éramos viehas conocidas.
Estas palabras quieren ser un homenaje a esta buena mujer, católica, entregada a la evangelización entre los niños de la escuela y también entre los compañeros. ¡Todos la quieren! y hoy, que venía a despedirse definitivamente, debido a la jubilación, ha causado en mi una buenísima impresión. Me considero privilegiada por haberla conocido en persona. Y ella ha estado cariñosísima conmigo.
Ella, llevada por su buen corazón y fiada de las cosas que le han dicho los compañeros de mí (todo exageraciones, por cierto), está convencida de que seré la que ocupe su puesto y ha estado dándome consejos, me ha enseñado todo el material didáctico que hay en el aula que he podido compartir con ella durante un tiempo, en definitiva, ha querido darme el "testigo"
Yo sé que quedarme en ese coñegio es casi imposible, pues no tengo puntos ya que sólo hace tres años comencé a trabajar. Pero, eso no me importa, porque Dios siempre me da lo que necesito, lo mejor.
Pero todo esto viene a cuenta de lo importante que es conocer personas buenas, amantes de Dios, seguidoras de Jesucristo y confiadas en la fuerza del Espíritu Santo.
Y por eso, hoy quiero aprovechar para agradecer a Dios por todas las personas que ha puesto en mi camino y por las que pondrá.
¿Qué sería de mí sin todas ellas? Me han ayudado tanto siempre, no sólo en el plano material sino en el espiritual, que considero el más importante,...
Y me han sacado de mi egoismo natural, ya que me han acercado a la Oración constante, ya que no tiene ningún sentido conocer personas si no se las incluye en las oraciones de cada día.
"Conocernos", es lo más maravilloso que nos puede pasar; a fondo, con todas las consecuencias, en los buenos momentos como en los malos,...
"Conocernos", saliendo de nosotros mismos para amarlos en Cristo, como sólo Él sabe hacer.
"Conocernos", viviendo en la donación completa.
¡Qué bueno es Dios que nos quiere unidos!
Estas palabras quieren ser un homenaje a esta buena mujer, católica, entregada a la evangelización entre los niños de la escuela y también entre los compañeros. ¡Todos la quieren! y hoy, que venía a despedirse definitivamente, debido a la jubilación, ha causado en mi una buenísima impresión. Me considero privilegiada por haberla conocido en persona. Y ella ha estado cariñosísima conmigo.
Ella, llevada por su buen corazón y fiada de las cosas que le han dicho los compañeros de mí (todo exageraciones, por cierto), está convencida de que seré la que ocupe su puesto y ha estado dándome consejos, me ha enseñado todo el material didáctico que hay en el aula que he podido compartir con ella durante un tiempo, en definitiva, ha querido darme el "testigo"
Yo sé que quedarme en ese coñegio es casi imposible, pues no tengo puntos ya que sólo hace tres años comencé a trabajar. Pero, eso no me importa, porque Dios siempre me da lo que necesito, lo mejor.
Pero todo esto viene a cuenta de lo importante que es conocer personas buenas, amantes de Dios, seguidoras de Jesucristo y confiadas en la fuerza del Espíritu Santo.
Y por eso, hoy quiero aprovechar para agradecer a Dios por todas las personas que ha puesto en mi camino y por las que pondrá.
¿Qué sería de mí sin todas ellas? Me han ayudado tanto siempre, no sólo en el plano material sino en el espiritual, que considero el más importante,...
Y me han sacado de mi egoismo natural, ya que me han acercado a la Oración constante, ya que no tiene ningún sentido conocer personas si no se las incluye en las oraciones de cada día.
"Conocernos", es lo más maravilloso que nos puede pasar; a fondo, con todas las consecuencias, en los buenos momentos como en los malos,...
"Conocernos", saliendo de nosotros mismos para amarlos en Cristo, como sólo Él sabe hacer.
"Conocernos", viviendo en la donación completa.
¡Qué bueno es Dios que nos quiere unidos!
miércoles, 23 de junio de 2010
Imposible ser perfecta
Queridos amigos, la Paz.
Hoy, en el colegio en el que estoy sustituyendo a la maestra de Religión que está enferma, precisamente por ser sustituta no tengo nada que hacer.Mañana ya no hay alumnos, y yo tengo terror a no tener que hacer nada.
Por eso me he ofrecido a los compañeros, para lo que necesiten. ¡Hoy mismo me han dado trabajo! ¡Gracias a Dios!
La cosa era muy sencilla: escribir el nombre de los libros para el curso próximo, con el famoso ISBN (que para quien no lo sepa, son una serie de númeritos inacabable, con los que es seguro que el libro es el que pides L editorial)
Mis padres, especialmente mi padre, me educaron en la búsqueda de la perfección, en el buen hacer "siempre" en todo aquello que iniciara.
Bueno, pues eso ha estado muy marcado en mi personalidad, y al crecer seguí empeñada en ser perfecta.
Gracias a Dios, la Iglesia me propuso un camino adecuado para poder llegar a tener fe algún día, y lo priemro que aprendí fue que Dios me quería tal y como era.
¡Qué descanso escuchar aquello! Para mí era impensable que alguien me quisiera cuando me equivocaba y no hacía lo que se esperaba de mí.
La verdad es que me costó aceptar mi pobreza, mi incompetencia en tantos campos, mi mal hacer continuo; pero Dios siempre ha ido a mi paso y no me ha forzado a "correr" para nada.
Hoy, con algunas caídas, como es de esperar, acepto lo que soy, no me desmorono cuando lo que estoy haciendo me sale mal y hay que repetirlo, ...
Bien, pues volviendo al trabajo que me han mandado hoy, queriendo estar muy atenta, para no equivocarme en los números, en los nombres de las editoriales, en los títulos de los libros, no he hecho más que equivocarme todo el rato.
¡Bendito tipex, que ha hecho desaparecer las mil y una equivocaciones!
Mañana, cuando llegue al colegio y me presente para acabar el trabajo, no sé si me admitirán esta vez. Pero estoy contenta, pues me sigo queriendo todavía y seguiré poniendo los cinco sentidos para hacerlo mejor, si me dejan.
Equivocarse es una esperiencia muy buena, pues lleva a la humildad. Poder reconocer que sólo Dios no se equivoca jamás, ayuda a vivir en paz.
¡Ánimo, no tengáis miedo al ridículo! ¡La puerta del Cielo tiene el tamaño ideal para pasar agachadito!
Hoy, en el colegio en el que estoy sustituyendo a la maestra de Religión que está enferma, precisamente por ser sustituta no tengo nada que hacer.Mañana ya no hay alumnos, y yo tengo terror a no tener que hacer nada.
Por eso me he ofrecido a los compañeros, para lo que necesiten. ¡Hoy mismo me han dado trabajo! ¡Gracias a Dios!
La cosa era muy sencilla: escribir el nombre de los libros para el curso próximo, con el famoso ISBN (que para quien no lo sepa, son una serie de númeritos inacabable, con los que es seguro que el libro es el que pides L editorial)
Mis padres, especialmente mi padre, me educaron en la búsqueda de la perfección, en el buen hacer "siempre" en todo aquello que iniciara.
Bueno, pues eso ha estado muy marcado en mi personalidad, y al crecer seguí empeñada en ser perfecta.
Gracias a Dios, la Iglesia me propuso un camino adecuado para poder llegar a tener fe algún día, y lo priemro que aprendí fue que Dios me quería tal y como era.
¡Qué descanso escuchar aquello! Para mí era impensable que alguien me quisiera cuando me equivocaba y no hacía lo que se esperaba de mí.
La verdad es que me costó aceptar mi pobreza, mi incompetencia en tantos campos, mi mal hacer continuo; pero Dios siempre ha ido a mi paso y no me ha forzado a "correr" para nada.
Hoy, con algunas caídas, como es de esperar, acepto lo que soy, no me desmorono cuando lo que estoy haciendo me sale mal y hay que repetirlo, ...
Bien, pues volviendo al trabajo que me han mandado hoy, queriendo estar muy atenta, para no equivocarme en los números, en los nombres de las editoriales, en los títulos de los libros, no he hecho más que equivocarme todo el rato.
¡Bendito tipex, que ha hecho desaparecer las mil y una equivocaciones!
Mañana, cuando llegue al colegio y me presente para acabar el trabajo, no sé si me admitirán esta vez. Pero estoy contenta, pues me sigo queriendo todavía y seguiré poniendo los cinco sentidos para hacerlo mejor, si me dejan.
Equivocarse es una esperiencia muy buena, pues lleva a la humildad. Poder reconocer que sólo Dios no se equivoca jamás, ayuda a vivir en paz.
¡Ánimo, no tengáis miedo al ridículo! ¡La puerta del Cielo tiene el tamaño ideal para pasar agachadito!
martes, 22 de junio de 2010
CAMINANDO
Me llamo Mari Carmen Fliquete García y tengo 52 años recién cumplidos. Soy católica. Esposa y madre. Ama de casa y maestra de Religión.
Hace días que tengo este blog. Soy novata en ésto. Me lo ha hecho (o como se diga) mi cuñado Jose y me ha animado a escribir cuando quiera. Pero, tengo miedo. ¿A quién le interesa lo que yo escribo?
Me gustaría que mis amigos entraran y leyeran estas cosas, las que vayan saliendo del fondo del corazón. Pero, es tan arriesgado y puede ser tan improductivo, ...
En fin, tendré que hacerme el ánimo, ¿no?
Hace unos días he sido abuela por sexta vez. Ha sido un niño y se llama Pablo. Aunque les dio un pequeño susto a sus papás (David, mi yerno, y María, mi hija), ya está en su casa y está muy bien.
Cada nuevo nieto me ha hecho recapacitar mucho. Es muy importante ser una buena abuela. Y, ¿cómo lograrlo? Espero que Dios me ilumine para no pasarme jamás en mis atribuciones.
Ni he de ser una consentidora ni una "bruja", seca, lejana, .... Como en todas las cosas, lo mejor es el término medio.
Y, ante todo, no olvidar jamás que son sus padres los que educarán y yo no deberé jamás maleducar. Eso es lo que trae el falso afecto, que buscas que tus nietos te quieran más a tí, porque les consientes todo. Y si los padres son como deben de ser, te pararán los pies y no te dejarán que te quedes nunca con ellos.
Y,además, yo más que abuela soy madre. Creo que es lo más natural. Aquellos por los que dimos la vida, nuestro hijos, siempre serán especiales. Dios se fio de los padres para que le criáramos a sus hijos. Y esa unión especial que nace entre hijo y madre, desde el momento en que descubres que estás embarazada, no se borrará jamás.
En definitiva, doy gracias a Dios, porque se fio y me dejó ser madre. Creo que, como mujer, es la experiencia más hermosa que he vivido jamás. Y como madre, lo más importante, lo primero, ha sido la oración diaria por mis hijos. Y, después, sabiendo que son más hijos de Dios que míos, saber dejarles volar, cuando llega el momento.
Bueno, esto es todo. Yo sigo caminando.
Hace días que tengo este blog. Soy novata en ésto. Me lo ha hecho (o como se diga) mi cuñado Jose y me ha animado a escribir cuando quiera. Pero, tengo miedo. ¿A quién le interesa lo que yo escribo?
Me gustaría que mis amigos entraran y leyeran estas cosas, las que vayan saliendo del fondo del corazón. Pero, es tan arriesgado y puede ser tan improductivo, ...
En fin, tendré que hacerme el ánimo, ¿no?
Hace unos días he sido abuela por sexta vez. Ha sido un niño y se llama Pablo. Aunque les dio un pequeño susto a sus papás (David, mi yerno, y María, mi hija), ya está en su casa y está muy bien.
Cada nuevo nieto me ha hecho recapacitar mucho. Es muy importante ser una buena abuela. Y, ¿cómo lograrlo? Espero que Dios me ilumine para no pasarme jamás en mis atribuciones.
Ni he de ser una consentidora ni una "bruja", seca, lejana, .... Como en todas las cosas, lo mejor es el término medio.
Y, ante todo, no olvidar jamás que son sus padres los que educarán y yo no deberé jamás maleducar. Eso es lo que trae el falso afecto, que buscas que tus nietos te quieran más a tí, porque les consientes todo. Y si los padres son como deben de ser, te pararán los pies y no te dejarán que te quedes nunca con ellos.
Y,además, yo más que abuela soy madre. Creo que es lo más natural. Aquellos por los que dimos la vida, nuestro hijos, siempre serán especiales. Dios se fio de los padres para que le criáramos a sus hijos. Y esa unión especial que nace entre hijo y madre, desde el momento en que descubres que estás embarazada, no se borrará jamás.
En definitiva, doy gracias a Dios, porque se fio y me dejó ser madre. Creo que, como mujer, es la experiencia más hermosa que he vivido jamás. Y como madre, lo más importante, lo primero, ha sido la oración diaria por mis hijos. Y, después, sabiendo que son más hijos de Dios que míos, saber dejarles volar, cuando llega el momento.
Bueno, esto es todo. Yo sigo caminando.
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