martes, 25 de enero de 2011

Un encuentro especial

Soy una persona que medita mucho sobre las "cosas" que me pasan; desde que recuerdo, en mi ya lejana infancia, mi cabeza no ha parado de pensar las cosas que me sucedían, las palabras que escuchaba, las situaciones que no entendía, ..., el por qué de tanto y tanto que veía.
Desde que era una retaca, que ni siquiera iba al colegio, mi yaya me enseñó a rezar. Cada noche, antes de dormir, ella rezaba y me enseñaba a hacerlo. Así que, cuando se marchó, seguí con aquella costumbre, que se hizo hábito en mi.
Pensaréis que qué relación tiene una cosa con otra. ¿Qué que sea una "pensadora activa" cuya cabeza, ni siquiera dormida es capaz de dejar de tener algo en que pensar con que mi abuela me enseñara a rezar desde pequeña?
Pues que muchos de mis pensamientos tenían que ver con Dios. Y que nadie piense por ello que casi nací santa y que, con la gran experiencia de los años, lo soy. ¡Dios me libre de pensar de mí lo que no es cierto! Y los que de verdad me conocen lo saben.
Cuando mi yaya murió, me sentí como muerta yo también, como si nadie me fuera a querer de verdad. Y empecé a ser una niña "sonriente", con una gran tristeza interior. Me salvó de la desesperación el nacimiento de mi hermana, pero aún así y todo, por las noches lloraba en la soledad de mi habitación porque me sentía sola y perdida.
Creo que mi introversión fue, en gran parte causada, por la ausencia del amor de mi vida, de la persona a la que había aprendido a querer más que a nadie. Y que nadie vaya a pensar que eso fue algo que ella se había trabajado para acapararme, porque no fue así.
Esta "sensación" duró mucho, demasiado. Busque el amor en lugares, en personas, en situaciones, ..., que más que hacerme experiemntar el amor, me hundieron más en mi propia miseria.
Creí que Dios quería hablarme y explicarme el por qué de muchas cosas, pero especialmente el por qué se había llevado a mi abuela, dejándome sola. Conocí el protestantismo, y a punto estuve de bautizarme en él, en sus creencias.
Los protestantes son igual de cristianos que los católicos. De hecho, los últimos papas han intentado que todos dejemos de lado las cosas que nos separan para unirnos en lo que vivimos en común. Pero eso, es otra historia.
Pero Dios no se quería encontrar conmigo por ese camino. En la Iglesia Católica, en la que había sido bautizada, la que me había preparado para recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, en la que había sido perdonada tantas veces, es donde me encontre con Él.
Por primera vez escuché: Dios te ama como eres, no hace falta que cambies para ganarte Su Amor. Te quiere a pesar de tus pecados.
Y eso me "hechizó". Esas ansias de ser amada de un modo especial que necesitaba, parecía que podía encontrarla por esa vía.
Sí, fue un encuentro especial, muy especial. Me he reconciliado con mi vida, incluso en pecados graves que me impedían dejarme amar por Dios, por encima de ellos.
¡Cuánto bien he recibido! ¡Qué poco he hecho!
Lo he pensado muchas veces. Y, definitivamente creo que he sido creada para dejarme amar por Dios, para amarle, a pesar de mis muchas limitaciones; creada para amar al resto del mundo, representado por las personas que tengo cerca y conozco, y las que se acercan alguna vez, que no volveré a ver jamás.
Como les digo a los alumnos, en la clase de Religión: Dios nos ha dado un corazón "blandito", capaz de amar, porque nos ha creado a Su imagen y semejanza. No nos ha dado uno de piedra, que ni siquiere puede querersa sí mismo, ya que la piedra es incapaz de sentimiento alguno.
En fin, doy gracias a Dios por el encuentro más especial de mi vida. Hoy es muy posible que estuviera muerta, de no haberlo tenido.

4 comentarios:

  1. ¡Qué importante es la transmisión de la fe en la familia! ¡Qué papel tan enorme juegan los abuelos y los padres, si saben hacerlo como conviene! Tu experiencia me recuerda un versículo de la II Epístola a Timoteo: "Pues evoco el recuerdo de la fe sincera que tú tienes, fe que arraigó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y sé que también ha arraigado en ti" (II Tim 1, 5).

    Hoy en día, tiempo en el que muchos padres han abandonado la religión o, al menos, su tarea de transmitirla a sus hijos, es más importante que nunca la misión de los abuelos. No deben inmiscuirse en las competencias de los padres, pero, si estos no tienen inconveniente, la evangelización de sus nietos es esencial.

    Por cierto, los protestantes son cristianos, porque siguen a Cristo, pero no son iguales que los católicos, en diversos grados según sus distintas iglesias. En algunos casos todavía existen serias divergencias teológicas y, sobre todo, pastorales. Lo que sí es cierto es que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Por eso el trabajo ecuménico de los últimos Papas es tan importante y, además, no es imposible. Dios nos permitirá llegar a la unidad. ¿Cómo? Él sabrá. Pero el ha dicho: "Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17, 21). Esta oración del mismísimo Jesús se cumplirá a su tiempo, sin duda alguna.

    Termino ya, diciéndote que tu historia se parece a la mía. Yo también paseé mi adolescencia buscando un amor que me saciara, un amor total. No lo encontré hasta que Cristo mismo me llamó a su Iglesia, que yo había abandonado, y me anunció en el fondo del corazón que él sí me amaba sin medida, tal y cómo soy, por mucho que yo no me aceptase a mí mismo. Desde aquel momento, hace unos 35 años, mi vida no ha vuelto a ser la misma.

    Besos a toda la familia.

    José Sáez.

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  2. Hola Mari Carmen
    Lo bueno de tener una relación personal con Dios, es que llegas a darte cuenta de que hagas lo que hagas, Él te ama. Su amor no está condicionado por nuestro buen o nuestro mal comportamiento, sino que nos ama porque su esencia es Amor. Dios, A través de Jesucristo a reestablecido la comunicación directa con nosotros y somos elevados al grado de hijos de Dios, sólo por su gracia. El amor del Padre no es condicional, nos ama porque somos sus hijos.
    Tu experiencia es preciosa, y no sabes cuanta razón tienes cuando dices que has sido creada para amar a Dios. La Palabra de Dios está repleta de alusiones a amar, adorar, alabar, exaltar, glorificar y humillarse ante Dios. No hay nada más hermoso que dejarte mecer y acariciar por los tiernos brazos de nuestro creador, mantener una comunión, es decir, una comunicación íntima con Él.
    Si la gente pudiera saber y conocer el lado humano de Jesús, y el lado tierno y cariñoso de nuestro Padre celestial. Lamentablemente, muchas personas no logran ver a Dios como un verdadero padre, porque quizás su experiencia con su padre natural no reflejó lo mejor y tienen una idea distorsionada al hacer referencia de Dios Padre. Por eso es tan importante que sepamos modelar a nuestros hijos, dándoles principios fundamentales de paternidad para que luego puedan relacionarse con Dios de forma natural.
    Gracias a Dios todas estas cosas van más allá del nombre de las religiones, sino en un corazón enamorado de Dios.
    Un Abrazo!

    Ahhh! mi nombre.....
    Emilio Eduardo García García

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  3. Hola José Sáez:

    Retomando brevemente el asunto acerca de protestantismo y catolicismo.

    Es cierto que si entramos en profundidad teológica y delimitamos tradiciones con teología pura y dura, nos encontraremos con diferencias. Aunque si nos adentramos en las diferentes vertientes de cada una de las religiones, también encontramos diferencias considerables que en el fondo no son doctrina fundamental que afecte a nuestra salvación. Y por lo que expresa tu cuñada y prima mía, Mª Carmen, supongo que este debate no cabría en este blog.

    El texto bíblico que me hace sentir que las diferencias llegan a ser supérfluas es en el conocido "evangelio en miniatura" expresado en palabras del Señor Jesús en Juan 3:16 "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su único Hijo, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna." Afortunadamente no hay mención a "religiones" sino aceptarle a Él como único Salvador, para así no perdernos. Cuando Él dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida", donde hayan personas que acepten esta verdad y decidan tomar ese camino, esa verdad y esa vida, tomados de la mano, enamorados de Dios, entendiendo ese amor incondicional, que como decía Mª Carmen, Dios nos ama como somos a pesar de ser pecadores, porque somos creación de sus manos y de su corazón.

    Quisiera levantar una bandera que nos identifique a todos los que amamos a Dios y aceptamos la salvación que Dios nos ofrece a través de su hijo, sin signos confesionales, y ensanchar nuestros corazones por la profunda alegría de poder servirle a Él.

    Mari Carmen, personalmente, me conmueve la autenticidad, la sinceridad y el profundo amor que sientes hacia Dios. El sentimiento de culpabilidad nos viene a todos en determinados momentos de la vida, pero piensa que satanás utiliza este argumento para intentar separarnos de Dios, para intentar abatirnos sumidos en nuestra propia culpa y podernos acusar, con el propósito de que el dolor de nuestra culpa nos haga sentir más miserables de lo que somos. Hay un texto precioso que quiero recordártelo, porque es el argumento que tenemos que esgrimir para repeler el ataque de la culpa. Lo escribió el apóstol Pablo en la carta a los colosenses cap.2 vers.14 que dice: "y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz" Si podemos entender esto, es tremendo saber que todo los cargos que habían contra nosotros, el de los pecados que cometimos, de los que cometemos y cometeremos, todos fueron clavados en la cruz, esto no nos da licencia para pecar, pero cuando pecamos, como también dicen las escrituras "abogado tenemos frente a Dios, que es Jesucristo", el mejor abogado que defiende nuestra causa, frente al fiscal acusador que quiere hacernos pagar con la culpa por nuestros pecados.

    Un fuerte abrazo y bendiciones.
    Emilio E. García

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  4. Hola de nuevo. Sólo añadir que comparto lo que dice Emilio E. García. Gracias a Dios, si vamos a lo esencial, sin demasiads remilgos pastorales o florituras teológicas, la comunión de todos los que queremos seguir a Jesucristo es posible, ¡vaya que sí! Y pronto.

    Abrazos a todos.

    José Sáez.

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