viernes, 31 de diciembre de 2010

El último del año (2010)

Sí, el último del año. El 2010 está en las últimas. Apenas unas horas me separan del 2011 y, después de pasar mis buenas horas en la cocina, preparando la cena de esta noche, por fin me meto en la habitación, sobre la cama con las piernas extendidas, bastante cansada, y esperando decir alguna cosa, que cierre este blog por este año.
Por mi parte, mentiría si dijera que ha sido un año fructífero. Mi corazón duro ha acallado muchas de las buenas cosas que el Espíritu Santo ha susurrado en mi corazón. La tónica general ha sido hacer mi "santa" voluntad. Decir muchas cosas sin pensar de las que me he arrepentido cuando era demasiado tarde. Vivir más para mí que para los demás, en los que Cristo me suplicaba amor. Buscar mi propio interés, sin pensar antes que podía hacer daño a algunas personas, que yo pensaba me impedían lograr mi objetivo.
¡Sí, un año del que no puedo estar orgullosa! Y, a los que me lean, no puedo más que pedirles me perdonen, ya que casi todas las cosas que he nombrado es seguro que les habrá afectado.
Nada vale ahora seguir adentrando en todo eso; ¿puedo poner remedio?
Pero lo mejor de todo es que cuantas veces lo he hecho mal y me he arrepentido, Dios ha sido misericordioso conmigo y me ha perdonado. ¡Solo Dios puede hacerlo! ¡Solo Dios!
Ha sido paciente; no me ha rechazado cuando, hundida en el pecado, he alzado los ojos al Cielo y con las manos "sucias" extendidas hacia Él, le he pedido perdón; frente a mi mal, Él ha sacado bien; cuando yo no podía conmigo misma, Él ha sabido demostrarme cuánto me ama, en Su Hijo Jesucristo.
¿Lo mejor de este año que acaba?
¡DIOS!
¡Qué Dios os conceda un año lleno de Paz y Amor!

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