Mi tío Paco no es tío mío "de sangre"; es un amigo de la infancia de mi padre que siempre ha tenido trato con nosotros, por lo que me enseñaron a llamarle tío y lo he hecho así, hasta hoy.
Hoy hemos ido a visitarle mi padre, mi hermana y yo a una residencia fuera de Valencia, en Náquera. Hacía mucho tiempo que no lo veía, de hecho, la última vez que lo vi fue hace muchos años, en la calle, y nos alegramoa ambos de vernos,
De todos los "sobrinos" adoptados, a la que más ha querido siampre ha sido a mí. Recuerdo una vez, yo era pequeña, pero lo suficientemente mayor para darme cuenta de que hablaba de mí, que le dijo a mi padre que, si él fuera más joven le gustaría casarse conmigo.
Parece que yo era muy dulce y cariñosa, muy afectuosa, atenta, ..., ¡en fin, un dechado de virtudes! lástima que con el paso de los años haya dejado que se escaparan, y así me ha ido algunas veces.
Puedo decir que nunca se comportó conmigo como un "viejo verde", me quería tanto que nunca se propasó conmigo. Su deseo había sido una manera de decir que me quería especialmente. ¡Imposible pensar en boda!
Como decía, hoy lo he visto de nuevo, ¡madre de Dios!
No puede caminar, está en silla de ruedas, apenas levantaba la mirada del suelo, y se le veía muy triste.
Nunca se casó, y sólo tiene una sobrina que le atendió hasta que ya resulto imposible. Lo llevó a esa residencia, y se está muriendo de tristeza, de soledad, de abandono.
Varias veces nos ha dicho que se alegraba mucho de que hubiéramos ido a verle, pero sus ojos no demostraban tal alegría.
Está esperando a la muerte, sin aliciente ninguno, o, al menos, eso me había parecido.
Cuando nos íbamos, ya le había dado besos y todo, algo por dentro me decía que no me podía ir sin decirle algo, no sabía qué, pero Dios me removía y yo quería hacerle caso.
Cuando íbamos a salir de la terraza donde estaba, me he acercado a él y le he preguntado si creía en Dios.
Me miraba a los ojos, como yo a él. "Es el único consuelo", me ha dicho.
Ya no sé qué más le he dicho, pues en esas cosas hay que dejar hacer al Espíritu Santo. Yo seguía mirándole a los ojos, y espero que siga con ese mismo pensamiento que me ha dicho en voz alta, hasta que Él le lleve a Su lado.
¡Ojalá me dejará hacer por Dios cada vez que alguien necesite de Su ayuda y Él me quiera utilizar!.
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