jueves, 24 de junio de 2010

Conocernos

Hoy he conocido a la maestra de Religión a la que he sustituido unos cinco meses, aproximadamente. Bueno, nos hemos conocido "físicamente", pues por teléfono ya éramos viehas conocidas.
Estas palabras quieren ser un homenaje a esta buena mujer, católica, entregada a la evangelización entre los niños de la escuela y también entre los compañeros. ¡Todos la quieren! y hoy, que venía a despedirse definitivamente, debido a la jubilación, ha causado en mi una buenísima impresión. Me considero privilegiada por haberla conocido en persona. Y ella ha estado cariñosísima conmigo.
Ella, llevada por su buen corazón y fiada de las cosas que le han dicho los compañeros de mí (todo exageraciones, por cierto), está convencida de que seré la que ocupe su puesto y ha estado dándome consejos, me ha enseñado todo el material didáctico que hay en el aula que he podido compartir con ella durante un tiempo, en definitiva, ha querido darme el "testigo"
Yo sé que quedarme en ese coñegio es casi imposible, pues no tengo puntos ya que sólo hace tres años comencé a trabajar. Pero, eso no me importa, porque Dios siempre me da lo que necesito, lo mejor.
Pero todo esto viene a cuenta de lo importante que es conocer personas buenas, amantes de Dios, seguidoras de Jesucristo y confiadas en la fuerza del Espíritu Santo.
Y por eso, hoy quiero aprovechar para agradecer a Dios por todas las personas que ha puesto en mi camino y por las que pondrá.
¿Qué sería de mí sin todas ellas? Me han ayudado tanto siempre, no sólo en el plano material sino en el espiritual, que considero el más importante,...
Y me han sacado de mi egoismo natural, ya que me han acercado a la Oración constante, ya que no tiene ningún sentido conocer personas si no se las incluye en las oraciones de cada día.
"Conocernos", es lo más maravilloso que nos puede pasar; a fondo, con todas las consecuencias, en los buenos momentos como en los malos,...
"Conocernos", saliendo de nosotros mismos para amarlos en Cristo, como sólo Él sabe hacer.
"Conocernos", viviendo en la donación completa.
¡Qué bueno es Dios que nos quiere unidos!

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